Chile avanza con paso firme en conectividad e infraestructura digital, pero enfrenta el desafío de aumentar su inversión en formación tecnológica si quiere posicionarse entre los líderes globales.
Chile ha dado pasos importantes en el desarrollo de capacidades digitales, consolidándose como uno de los países más avanzados en infraestructura tecnológica dentro de América Latina. Esa base ha permitido desplegar programas de capacitación digital con relativo éxito, especialmente en grandes empresas y algunas instituciones públicas.
Sin embargo, al mirar hacia el contexto de la OCDE, la brecha se hace evidente. Actualmente, Chile invierte entre el 0,2% y 0,4% del PIB en capacitación laboral (considerando inversión pública y privada), mientras que los países más adelantados del bloque destinan entre el 0,5% y 1,0%.
Y aunque el país lidera en conectividad, persisten brechas en habilidades digitales básicas, especialmente entre trabajadores de sectores más tradicionales o menos tecnificados.
El rol clave de las pymes y la democratización tecnológica
Desde Smartraining, una empresa chilena especializada en aprendizaje asincrónico, advierten que el país ha mostrado una buena disposición hacia la transformación digital, pero que el foco de las políticas debe ampliarse. “Muchas veces las pymes quedan fuera de los beneficios o no acceden a tecnologías que podrían transformar su productividad y el desarrollo de sus trabajadores”, señala Natacha Pérez, directora de Smartraining.
En su opinión, avanzar en subsidios, incentivos y alianzas público-privadas sería un paso importante para incluir a estas empresas y democratizar el acceso a la capacitación digital de calidad.
Proveedores locales: aliados estratégicos del aprendizaje digital
Otro aspecto subrayado por Smartraining es la importancia de fortalecer el ecosistema local de proveedores tecnológicos, especialmente aquellos dedicados a educación y formación. “Somos quienes entendemos la cultura, la normativa y las dinámicas locales. Eso nos permite crear soluciones más contextualizadas, accesibles y sostenibles”, asegura Pérez.
Un ejemplo de este trabajo es la creación de simuladores accesibles desde celulares y financiables por franquicia SENCE, una innovación que responde a las realidades y necesidades del ecosistema chileno.
Hacia un modelo más sostenible e inclusivo
Desde Smartraining insisten en que fortalecer el ecosistema local no solo es una cuestión de competitividad, sino de impacto social. Diversificar la oferta tecnológica, fomentar redes colaborativas, facilitar el acceso al financiamiento y abrir espacios para pilotos junto a entidades públicas y privadas son estrategias clave para hacer crecer esta industria.
También hacen un llamado a visibilizar el trabajo de mujeres y emprendedores en el sector tecnológico, como una forma de inspirar nuevas vocaciones y romper con estereotipos persistentes en la industria.
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