Spotify lo gritó desde un edificio y empresas como Grupo Avanza lo confirman: el trabajo remoto promete ser más que una solución de pandemia. Cuando hay confianza, la productividad y la cultura laboral también crecen.
El teletrabajo fue el héroe inesperado de la pandemia. Pero cuatro años después, muchas oficinas buscan que sus trabajadores vuelvan al escritorio —con su tupper y todo— como si nada hubiera cambiado. ¿Por qué? Una mezcla de nostalgia corporativa, modelos de gestión tradicionales y, sobre todo, una necesidad de control que sigue pesando. Sin embargo, cada vez más empresas se plantean algo distinto: ¿y si la confianza fuera la clave?
El teletrabajo quiere ser más que un parche de emergencia
Durante el peak del encierro, el 85% de los trabajadores en el mundo tuvo que adaptarse al trabajo remoto, según la OIT. En Chile, ese número alcanzó el 20,3% en 2020. Hoy, apenas llega al 3,2%. La baja es evidente, pero no necesariamente lógica.
Empresas como Spotify han decidido ir contra la corriente. “Nuestros empleados no son niños. Seguiremos trabajando en remoto”, dijeron desde Canadá con un lienzo que busca ser una declaración de principios. En Chile, Grupo Avanza comparte esa visión. Su Managing Director, Alfonso Bawarshi, lo resume así:
“Para mí es una muestra de control errada querer a los colaboradores todo el tiempo cerca… los beneficios del teletrabajo impactan tanto en la cultura de la empresa como en la calidad de vida individual”.
Y los datos parecen darle la razón. Estudios de McKinsey y del GAO estadounidense muestran que el trabajo remoto o híbrido puede aumentar la productividad hasta en un 13%, mejorar el desempeño en roles con métricas claras y reducir la rotación de personal.
¿Tokens y contratos inteligentes en el fútbol chileno? Así planean digitalizar a los clubes
La confianza como motor, no como riesgo
Los temores al teletrabajo no son nuevos: que se pierda el contacto humano, que disminuya la creatividad, que la gente no sepa usar bien las herramientas digitales. Pero Bawarshi cree que todo eso se puede trabajar:
-
Metas claras
-
Capacitación en plataformas
-
Espacios virtuales de interacción informal
Y más allá de eso, cree que el verdadero cambio está en la cultura:
“Yo parto de la premisa de confiar en las personas… El sistema funciona mucho mejor cuando hay reciprocidad y se entiende que la responsabilidad está por sobre todo”.
También plantea un argumento práctico: el trabajo remoto ayuda a retener talento. Las nuevas generaciones no entienden la obsesión por el control presencial y están dispuestas a renunciar si se les exige volver sin una razón de peso.
Al final, la apuesta es clara: el teletrabajo no quiere reemplazar todo. Quiere ser una opción viable, flexible, eficiente. Y sobre todo, quiere ser un modelo que confía en las personas, no que las vigila.
Average Rating