Factores como baja conectividad, resistencia cultural o falta de inversión dificultan la digitalización en áreas clave como la construcción, agricultura y manufactura.
Mientras sectores como la banca, el retail, la minería o las telecomunicaciones avanzan con firmeza en la digitalización de sus procesos formativos, otros rubros aún tienen mucho por recorrer. Así lo plantea Smartraining, empresa especializada en soluciones de capacitación digital, que ha identificado brechas importantes en sectores como la construcción, la agricultura, la pesca, la manufactura y el pequeño comercio.
Según cifras del Sence, las grandes empresas en Chile solían destinar entre un 2% y un 4% de su masa salarial a formación antes de la pandemia, y de ese total, entre un 30% y un 40% ya se orientaba hacia iniciativas digitales. Pero no todas las industrias avanzaron al mismo ritmo.
¿Qué impide avanzar?
Según Pablo Encina, gerente de desarrollo de negocios de Smartraining, hay varios factores que explican esta brecha:
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La baja conectividad, especialmente en zonas rurales
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La inversión limitada en infraestructura tecnológica
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Una cultura organizacional conservadora
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Y en algunos casos, la resistencia sindical al uso de ciertas tecnologías, como los celulares personales para capacitarse
“Son barreras que van a ir desapareciendo con el tiempo. La digitalización avanza rápido. Cuando logramos superar la resistencia al cambio a nivel dirigencial, podemos empezar a trabajar la alfabetización digital desde adentro”, comenta Encina.
Capacitar, incluso sin conexión
Uno de los hallazgos más relevantes ha sido el bajo nivel de digitalización en trabajadores de zonas rurales, algo que también impacta en su acceso a formación. Para eso, Smartraining ha desarrollado programas progresivos 100% asincrónicos, pensados para empezar desde cero.
“Empoderamos a los tutores internos con tecnología y ellos luego se encargan de alfabetizar a sus compañeros. Lo hemos implementado en empresas como Ariztía y Manuka, con buenos resultados”, explica Encina.
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¿Y el Estado? Puede jugar un rol clave
Encina también señala que el ecosistema puede fortalecerse con mayor articulación público-privada. Por ejemplo, el Sence permite que las empresas inviertan en capacitación y luego recuperen ese gasto en su declaración de impuestos. “Muchas empresas no lo saben, pero podrían estar invirtiendo 500 millones al año y recuperarlos íntegramente. El sistema existe, solo hay que activarlo”, recalca.
Más que e-learning: simuladores, IA y aprendizaje aplicado
Desde Smartraining advierten que muchas empresas aún no conocen los beneficios de una formación e-learning efectiva: desde simuladores con realidad virtual hasta plataformas con inteligencia artificial adaptativa. La empresa, con 13 años en el rubro, apunta a cerrar esas brechas proponiendo modelos escalables y aplicables, incluso para empresas que recién comienzan el camino digital.
“Las empresas ya entendieron que deben digitalizar la formación. Lo que falta es ayudarlas a partir. Por eso diseñamos soluciones que acompañan ese primer paso”, concluye Encina.
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