Las startups están proliferando fuertemente en el país, y existe un desafío muy importante para poder seguir desarrollándolas: cambiar la mentalidad a nivel país para que se entienda la relevancia de estas instancias para poder generar nuevas tecnologías y soluciones del futuro. Para ello, la educación se hace un elemento más que relevante al momento de entregar las herramientas necesarias para poder alcanzar el éxito.
Por Markus Schreyer
CEO & Founder de The Ganesha Lab
Como escaladora global para startups latinoamericanas de ciencia y tecnología, hemos podido observar las diferencias que existen al comparar mercados emergentes con otros más desarrollados, como Norteamérica y Europa en materia de educación: acá aún existe un menor acceso a la información y a la educación, situación que queremos resaltar al estar ad portas del Día Internacional del Derecho Universal de Acceso a la Información.
Los bio-emprendimientos hacen falta en América Latina. Chile específicamente, es un país que aún es parte de un mercado incipiente que cuando se compara con países como Estados Unidos, en el que preparan a las personas con asignaturas relevantes para el desarrollo de startups en mallas curriculares e incluso ofreciendo clases de emprendimiento en los colegios, queda muy atrás.
Uno de los desafíos que tenemos como país, es poner a disposición de estos científicos la educación, capacitación y preparación necesaria para que las buenas ideas que pueden surgir en un laboratorio crezcan y se desarrollen hasta convertirse en un negocio. Es por ello, que hoy debemos trabajar por entregar las herramientas necesarias para que todo ese intelecto, pueda ser aprovechado de buena manera.
Generar redes de contacto, contar con la infraestructura necesaria y tener un mayor acceso a información, nos permitirá desarrollar equipos más sólidos y preparados para enfrentar el desafío de crear una startup, y el difícil proceso que conlleva el levantar capital para hacer de una idea, una realidad.
Desde su creación, The Ganesha Lab ha querido marcar pauta, siendo los primeros en hablar de softlanding, programa hecho a medida para ayudar a las empresas emergentes y en expansión a explicar un nuevo ecosistema, como una inmersión para validar sus tecnologías, dándoles las herramientas, agendas y contactos para lanzarlos al mercado y que salgan a validar su conocimiento y tecnología al extranjero.
Un ejemplo concreto de esto es Pannex Therapeutics, startup que desarrolló una molécula que bloquea una proteína responsable del dolor crónico, que fue seleccionada por Indie Bio New York, programa internacional de aceleramiento del mundo biotech.
Hoy, Chile debe saber aprovechar el beneficio de las startups en todo el ecosistema, pero para eso, debemos cambiar la mentalidad de manera local. Es cierto, ayuda que inversionistas extranjeros inviertan su dinero en empresas chilenas, pero ¿no sería más valioso que como sociedad fuésemos conscientes de nuestro propio potencial en materia de biotecnología para formar una cultura que fomente la inversión y crecimiento internacional y nos transforme en un hub dentro de la región?
Debemos demostrar que la innovación existe en nuestro país y que los bio-emprendedores chilenos son capaces de crear soluciones concretas a problemas de la vida diaria. El siguiente paso es concretar y capitalizar el éxito de los proyectos, fomentando la expansión del ecosistema de startups, creando las condiciones para que quienes vienen detrás, puedan acceder más fácilmente a las oportunidades en el futuro y así lograremos posicionar a los emprendimientos chilenos en el mercado internacional.
[…] Te puede interesar: Un cambio en la educación es un gran paso para las startups […]
[…] Te puede interesar: Un cambio en la educación es un gran paso para las startups […]