Según explica ESET, las técnicas empleadas por los cracks y cheats suelen ser similares a las utilizadas por ciberdelincuentes, lo que incrementa los riesgos.
El uso de cracks y cheats en videojuegos no solo genera preocupaciones legales, sino que también puede comprometer gravemente la seguridad de los dispositivos. Un reciente análisis de ESET expone los riesgos a los que los jugadores están expuestos al utilizar estas herramientas, que pueden ser un puente para introducir malware.
¿Qué son los cracks y por qué son peligrosos?
Los cracks son programas diseñados para modificar archivos importantes de un videojuego y eludir la verificación de licencias, permitiendo jugar sin pagar. Sin embargo, estas modificaciones alteran archivos ejecutables (.exe) o librerías dinámicas (.dll), afectando la integridad del software.
Este comportamiento es similar a las técnicas que usan los ciberdelincuentes para infectar sistemas. Al modificar el código de un juego, los cracks se asemejan a malware que altera archivos legítimos, lo que provoca que los programas de seguridad los detecten como amenazas potenciales. La modificación de archivos críticos es una de las razones por las que los programas antimalware tienden a tratarlos con sospecha.
Cheats: ventajas con un alto riesgo
Los cheats, utilizados para obtener ventajas injustas como munición infinita o salud ilimitada, también presentan riesgos considerables. Estos programas pueden modificar archivos de configuración de los videojuegos o inyectar código directamente en la memoria mientras se ejecutan.
Este tipo de inyección de código es una técnica ampliamente utilizada por amenazas como troyanos y rootkits, que buscan pasar desapercibidos para los sistemas de seguridad. Aunque los cheats pueden funcionar como se espera, en realidad podrían estar comprometiendo el sistema del usuario, robando datos o causando otros problemas.
Malware oculto en cracks y cheats de videojuegos
Uno de los mayores peligros de utilizar estos programas es la posibilidad de que contengan malware oculto. Los desarrolladores maliciosos aprovechan la popularidad de los cheats y cracks para insertar código dañino que comprometa el sistema. Aunque el cheat cumpla con su propósito en el juego, en segundo plano puede estar ejecutando acciones maliciosas, como el robo de información o la instalación de software no deseado.
Los ciberdelincuentes también emplean técnicas avanzadas de evasión, como el cifrado de capas, lo que dificulta la detección de malware. Estas tácticas hacen que los programas antimalware no siempre detecten la amenaza a tiempo, exponiendo aún más a los usuarios.
“Entendiendo el funcionamiento de este tipo de archivos, un software de protección los detectaría como códigos maliciosos sin importar si realiza o no acciones dañinas. Tanto la modificación de archivos críticos como la inyección de código en la memoria son técnicas que pueden ser utilizadas tanto por software legítimo como por malware. Sin embargo, debido a su potencial para causar daño, estas técnicas suelen ser tratadas con sospecha por los programas antimalware”, comenta Martina López, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica
Más allá de las ventajas, graves riesgos
El uso de cracks y cheats no solo viola las políticas de los desarrolladores de videojuegos, sino que también representa un serio riesgo para la seguridad de los usuarios. Estos programas no solo permiten el acceso ilegal a contenido, sino que también pueden infectar el sistema con malware difícil de detectar. Para proteger tus dispositivos, evita utilizar software no autorizado y recurre siempre a fuentes legítimas para obtener los juegos y las herramientas que necesitas.
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